Los últimos 17 de mayo, como Día Internacional del Reciclaje, han servido para poner de relieve la importancia que tiene hacer una correcta selección, gestión y recogida de los residuos con tal de reaprovechar muchos materiales. El objetivo es, de este modo, favorecer una mejor preservación de la naturaleza y evitar una explotación excesiva de sus materias primas.

En España (por cierto, uno de los países de la Unión Europea que más desechos genera y que, hoy por hoy, menos recicla, según Eurostat) también ha aumentado, en los últimos años, la sensibilización sobre el tema. Las campañas en favor de la recogida selectiva de los residuos provienen, en muchos casos, de la propia Administración, en un intento de generar una conciencia colectiva en favor del reciclaje en el hogar.

En paralelo a esta realidad, desde que se inició la crisis, se han sucedido los robos en los puntos limpios, tal como denuncia la Fundación Ecotic, una organización dedicada a gestionar residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Las materias primas, como el hierro, se han convertido en el objeto de deseo de ladrones que buscan, luego, revender esos materiales (cada vez más valiosos y buscados) en el mercado negro. La extracción de cobre, por ejemplo, creció un 139% el año pasado en Catalunya, así como un 52% el reciclaje de residuos en Barcelona, según datos oficiales.

Este hecho supone un problema añadido para el reciclaje de los residuos, que, a causa de los robos, en muchos casos no pueden tener un tratamiento adecuado de descontaminación, con el consiguiente peligro medioambiental que ello supone. Además, la propia Fundación Ecotic advierte de que incluso hay ciertas tiendas que especulan con la idea de vender residuos de aparatos eléctricos y electrónicos a chatarreros y ganar un dinero extra, a sabiendas de que esos artilugios deben pasar por un proceso de recogida selectiva. Los efectos positivos de las campañas de sensibilización y los beneficios derivados de los esfuerzos de los ciudadanos en favor de reciclar en sus casas se diluyen un tanto ante actitudes tan reprobables como ésta. Así, minimizar los actos vandálicos e incidir de forma continua en la toma de conciencia no sólo de los usuarios, sino también de los distribuidores y fabricantes, será básico para lograr un objetivo final que debe ser compartido: optimizarlos niveles de reciclaje en España.