Una vez en nuestra capital y antes de informar a las autoridades pertinentes, como sería lógico y natural, concedió una entrevista al periódico conservador El Mundo en el que denunciaba la persecución política y dudó en darle protección porque no gobernó a José María Aznar.

Hizo declaraciones a varios medios en los Estados Unidos, especialmente en Miami, incluido el Canal 41, donde dijo que su objetivo final era obtener una visa para viajar a los Estados Unidos, es decir, no está interesado en España, al igual que el tráfico para continuar el viaje sin cargo.

El hermano del ex diplomático residente en los Estados Unidos recomendó que se quedara en Madrid, porque un nuevo grupo de cubanos de línea dura, en una declaración pública que surgió, entre otras cosas, surgió en Miami, la llamó contra la infiltración dañina del «arrepentido». Es un golpe final para la mafia, porque son lo mismo que dar desgañitaron. Elogia a Castro y participó en actos de repudio contra oponentes y tuvo acceso a los privilegios de pertenecer a este sistema obsoleto.

Ahora quieren presentarse como apolíticos o neutrales y patearon las puertas de las casas de los opositores de Castro y marcharon por las calles de La Habana, gritando consignas contra los colegas de Estados Unidos y Estados Unidos.

Prometieron ubicar los lugares donde se refugiaron para repudiar, porque era la hora de la venganza y las vendettas.

Expresaron en su carta que quieren una política limpia de perdón y arrepentimiento y que entregan un Certificado de Buena Conducta y Arrepentimiento, pero de ninguna manera serán aceptados.

Dijeron que no se dejarán confundidos ni penetrantes, porque la mayoría de ellos son Castro y en cada oportunidad que tienen las uñas y la lengua, y muestran que su objetivo real es crear confusión y divisiones entre los cubanos de Miami y terminar. Trabajando para Castro como muchos otros.