La paradoja de la hiperconectividad: nunca estuvimos tan solos
Vivimos permanentemente conectados y sin embargo nos sentimos profundamente solos. Podemos responder mensajes de forma automática, hablar con alguien en el instante, compartir lo que hacemos en tiempo real… Y las sensaciones de ovación, desconexión emocional y soledad nunca fueron tan frecuentes. Cuanta más hiperconectividad digital, mayor es el aislamiento real.